jueves, 7 de septiembre de 2017

Cáceres, ciudad mártir cristiana


Una de las leyendas cacereñas, quizás poco conocida en la actualidad, pero que recogen algunos libros antiguos, es la de que nuestra ciudad fue en cierto modo una “ciudad mártir del cristianismo”. No vamos a entrar en comprobaciones históricas que es materia para los investigadores, sino a narrar simplemente la leyenda en sí.
En primer lugar diremos que se refiere a la ciudad o colonia de Norba Cesarina, de la que se dice desciende Cáceres. Pues bien, allá por los años de 569, cuando reinaba en España Leovigildo, por instigación de su esposa Gosvinda, la monarquía abrazó el arrianismo, montándose una persecución a los cristianos que volvieron a padecer martirio como en los tiempos de Roma.
No obstante, el hijo del rey, Hermenegildo, no abrazó el arrianismo —que negaba una serie de principios cristianos, con los que él se mostraba de acuerdo— diciéndose también que en esta actitud le ayudó mucho su esposa, Ingunda, que abiertamente se enfrentó a su suegra.
El rey Leovigildo, tratando de subsanar el enfrentamiento religioso, nombró a su vez a su hijo Hermenegildo rey de Andalucía, pero como éste se siguió confesando cristiano, toda Andalucía y muchas tierras próximas se pusieron abiertamente a su lado defendiendo la religión tradicional de Cristo.
Entre las ciudades que se levantaron a favor de Hermenegildo, y por tanto en defensa de la religión cristiana, figuraba Norba (o sea, Cáceres) y Emérita, o sea Mérida. En definitiva, que el rey Leovigildo tuvo que venir con sus tropas, sitiar Norba, tomarla y pasar a sitiar Emérita, pero cuando estaba en el sitio de esta última ciudad, los habitantes de la primera volvieron a alzarse de nuevo en armas a favor del cristianismo, por lo que Leovigildo levantó el sitio de Emérita, volvió de nuevo a Norba tomándola de nuevo y pasando a cuchillo a todos sus habitantes, sembrando de sal (como entonces solía hacerse) y haciéndola desaparecer.
En este hecho basan algunos historiadores antiguos la desaparición de Norba, que volvieron a reconstruir sus ciudades contributas, entre ellas Castra Cecilia, que estaba en las inmediaciones y que no tomó parte en la guerra por carecer de murallas. Se llega a afirmar que el rey hizo unas monedas en las que se leía: “Leovigildo, rey, dos veces hizo justicia en Cesarea.”.
De ser esto cierto, Cáceres podría reclamar el título de “ciudad mártir del cristianismo”.
Diario HOY, 7 de diciembre de 1982

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