domingo, 3 de septiembre de 2017

Confianza y buenas formas


Me complacen a mi las buenas formas, por lo que me ha agradado sobremanera que el alcalde, Manuel Domínguez Lucero, “ucedista” él, ayer, en los asuntos de “etiqueta” del pleno celebrado por la corporación, aprovechara para felicitar efusivamente al concejal socialista Juan Iglesias Marcelo, por la consecución de su escaño en el Senado y felicitar al partido por  su triunfo electoral en la persona de Felipe González, rogando se le transmitiera así, al par que sus deseos de que la gestión de este partido sea fructífera para el progreso de España.
Pienso yo que había sinceridad en las palabras del alcalde y creo que este ejemplo de buenas formas es un punto importante para que todos veamos que así es como se afianza la democracia y se acata la Constitución, porque en definitiva las ideas de cada partido deben ser caminos diversos que se proponen al pueblo para que éste elija el que más oportuno crea, pero pensando siempre que las diversas opciones se encaminan al mismo fin de la  grandeza de España. Es, si ustedes quieren, el margen de confianza que el propio Felipe González ha pedido a los españoles —socialistas y no socialistas— para emprender una tarea que si presenta dificultades tiene precisamente el atractivo de vencerlas, con la ayuda de todos.
Entrando precisamente en ello, hemos de recoger el eco que al menos en Cáceres han tenido esas primeras declaraciones del futuro presidente del Gobierno, tras su visita al Rey. Dos puntos son importantes y han caído bien en la calle. Uno que gobernará independientemente del partido, sin mezclar una cosa y otra, razón por la que solicitaba ese margen de confianza, no ya a su propia “parroquia”, con la que debe contar siempre, sino a los que no siendo “parroquianos” sólo pueden conceder por el bien de España. Otra línea que sin duda tiene un gran interés y coincide con las coordenadas que en cierto modo y en solitario —que todo hay que decirlo— trazó la Corona, es el interés por el acercamiento a los pueblos de nuestra habla y cultura, concretamente  a la Hispanidad, paso que hasta lo de ahora no ha sabido dar definitivamente ningún gobierno español, pero que ha insinuado en más de una ocasión y con acierto el propio Rey. Si esas dos líneas insinuadas se consiguen —aparte de abordar con valentía los muchos problemas internos— doy por bien ganadas esas elecciones y concedo, sin reservas, ese margen de confianza que pide Felipe González.
Diario HOY, 4 de noviembre de 1982

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