miércoles, 20 de septiembre de 2017

Dos pueblos con el pie en la tumba


Alguna vez en este espacio nos hemos referido a pueblos de la provincia desaparecidos ya, y de los que se tiene un remoto recuerdo de la razón de por qué desaparecieron. Hoy vamos a referirnos a algunos, al menos dos, a punto de desaparecer, pero que siguen manteniendo su trazado de calles y como quien dice, han estado habitados hasta hace pocos días.
En este catálogo de pueblos a punto de desaparecer hay al menos dos: Arquillos y Granadilla, ambos en diminutivo, y ahora diremos por qué.
Arquillos está próximo a Cañaveral, y hasta hace poco tenía un vecino, y aunque el trazado de sus calles, con sus rótulos, su plaza y su iglesia se sigan manteniendo como estaban cuando aún era pueblo y tenía Ayuntamiento, que es cuestión de hace unos años. En lo antiguo de este pueblo se llamó Arcos, al igual que Granadilla se llamó Granada —dato que muchos desconocen—; ¿por qué el cambio de nombres hacia esos diminutivos que son con los que se conocen ahora? La razón está en función del avance de la Reconquista a través de los siglos. Cuando pueblos de mayor entidad y con el mismo nombre pasaban a posesión cristiana, a los de igual nombre cristiano, por esa menor entidad, se les transformaba el nombre. Así, cuando los cristianos reconquistaron ya definitivamente Arcos, que se llamó de la Frontera, por estar precisamente en la frontera con los moros, para que el Arcos de nuestra provincia no se confundiera con él se le puso Arquillos, que es el nombre con el que ahora le conocemos.
El mismo fenómeno sufrió la Granada cacereña, o sea, la que conocemos por Granadilla, que al ser tomada la Granada mora, por los Reyes Católicos, la nuestra, por esa misma diferenciación, paso a llamarse Granadilla.
Esta última está ahora rodeada por el agua de un pantano y prácticamente convertida en una isla. Se ha hablado de diversos proyectos de reutilización como parador de turismo, estación de descanso, etc. Se llegó a decir que todo eso se haría con capital alemán de no sé qué compañía turística, pero todo se ha quedado en aguas de borrajas, lo que es lástima, ya que con su singular castillo y sus casitas podría ser una especie del “Hotel Pueblo Andaluz”, que existió o existe en la Costa del Sol. A ver si ahora la Junta de Extremadura, que trae tantos deseos de hacer cosas, vuelve a reactualizar el proyecto.
Diario HOY, 11 de marzo de 1983

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