Yo tengo mucha fe en el civismo de nuestro pueblo. Es más, pienso que
muchas veces no se observa este civismo, o se ignora, porque no hay quien le
pida al pueblo que sea cívico. Prueba de lo que digo es que ayer, el propio
alcalde de Cáceres reconocía ante los medios informativos que la operación de
mantenimiento de limpieza de la ciudad, durante la campaña electoral, se había
llevado bien por todos, quitando alguna simple transgresión de algún pequeño
grupo o partido que no podía ensombrecer el buen cumplimiento de las normas que
la totalidad de los partidos y ciudadanos habían observado. En su mayoría, los
partidos se adaptaron a los espacios que se les habían dado para poner su
publicidad. Sobre todo hay algo que tenemos que destacar, y es que todos ellos
habían respetado el pacto de no ensuciar la Ciudad Monumental con propagandas y
mantener en lo posible limpias las fachadas del resto de nuestra ciudad.
Dicho esto, pienso yo que nuestro pueblo tiene sensibilidad cívica y
sabe cumplir cuando así se le pide, por lo que supongo que hoy, ese mismo saber
estar y cumplir se manifestará igualmente en los colegios electorales, donde
los cacereños iremos a depositar nuestro voto, aunque en algunos momentos habrá
las consiguientes colas. Estamos seguros de que los 305.672 electores de
nuestra provincia sabrán cumplir cívicamente con este derecho y deber que nos
impone la democracia. La lucha electoral pasó y hoy es el día de la verdad,
tras la meditación que debimos hacer ayer sobre
nuestra forma de decidirnos y de comportarnos. Algún amigo me decía que
tras el atracón que nos han dado los diversos partidos, poco era un día para
meditar, pero pienso que con atracón y todo, cada cual ha decidido ya
anteriormente —aun antes del día de meditación— lo que va a llevar en su
papeleta. Quedará después la incógnita que iremos conociendo durante la madrugada
con el escrutinio de todo lo depositado en las urnas. Lo que sí hay que decir
es que muchos convecinos estarán este día trabajando, escrutando y agilizando
esos resultados. Son los que estarán en las mesas, en los dispositivos de
recuento y en los de transmisión de datos. Ellos, en cierto modo, se van a “machacar” por los demás; pues bien,
demostremos también nuestro civismo respetando ese trabajo y, si es posible,
ayudándoles a realizarlo.
Diario HOY, 28 de octubre de 1982
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