viernes, 1 de septiembre de 2017

“Hermanos Berzosa”, una nominación ajustada


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
No es que diga yo que los hermanos Berzosa fueran para Cáceres, en la música, una especie de lo que fueron en el teatro los hermanos Quintero, pero me ha parecido muy bien que la Diputación haya decidido poner su nombre —conjuntamente— al Conservatorio Provincial de Música, cuya iniciación a ellos se debe.
Señalo como acierto unir sus nombre, aunque tanto Santiago como Esteban tenían cada uno de por sí una diferenciada y diferente personalidad que le podía haber hecho, a cualquiera de ellos, acreedor a perpetuar su propio nombre para nominar el Conservatorio; pero está mejor así, aunque sus campos de actuación en la música fueran esencialmente distintos, lo que los diferencia de los hermanos Quintero, que en el teatro hicieron una obra esencialmente conjunta. No obstante, también en los hermanos Berzosa, a lo largo de su vida musical, había complementación: Esteban era el organizador incansable al que se le deben, entre otras cosas, no sólo todo el montaje interno de Conservatorio Elemental que fue antecedente del que se crea ahora, sino el que la “Asociación Musical Cacereña” perviva, porque él como secretario de la misma fue el que puso las bases para que así fuera. Santiago era la inspiración, ni más ni menos artista que su hermano, el captador de lo musical, el creador de una serie de obras que ahí están y en las que para plasmarlas en el pentagrama contaba siempre —quizás por costumbre desde sus inicios— con la colaboración de su hermano. Estuvieron ambos tan unidos en su trabajo artístico que hoy día sería difícil el deslindar los campos de ambos. Tan es así, que esa unión se manifestaba en su propia vida hasta el punto que la muerte de uno de ellos —dígase lo que se diga— fue consecuencia de la muerte del otro. Santiago y Esteban Berzosa fueron dos artistas cacereños, dos hermanos, unidos en el arte, unidos en la vida y unidos en la muerte, por eso pienso yo que es un acierto de la Diputación el unirlos en este homenaje póstumo que dará sus nombres a nuestro Conservatorio Provincial de Música.
Fruto de su voluntad, de la de ambos, fue la creación de esa academia privada de música, que más tarde se transformó en Conservatorio Elemental, defendido con tesón, hasta que la Diputación pudo —como ahora ha hecho—  convertirlo en el Conservatorio Provincial de Música que nace ahora, con todos “los sacramentos” y con el nombre de ambos como reconocimiento a ello.
Diario HOY, 23 de octubre de 1982

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