sábado, 2 de septiembre de 2017

La expectación de la “larga noche”


La madrugada del 28 al 29 se nos pasó a los periodistas en felicitar al PSOE por su triunfo y en consolar a los de UCD por su derrota, todo ello aparte de apuntar y computar los datos que iban llegando a la sala de prensa del Gobierno Civil donde, todo hay que decirlo, no llegó a funcionar lo más nuevo, o sea las terminales, y hubo que llevar el cómputo principalmente por los sistemas tradicionales, con lo que queremos decir que tanto los funcionarios de allí, como los de tráfico y estadística “pringaron” lo suyo, porque a decir verdad, nuestra provincia fue una de las primeras que aportó datos a Madrid, sin que se notara en absoluto el fallo de la más nueva de las sofisticadas electrónicas-computadoras. Vaya por tanto la felicitación por la eficiencia a estos funcionarios, que bien se lo merecen.
Gozamos además de la presencia y compañía del “líder” Proverista, don Joaquín, que nos acompañó toda la noche y que viendo que su partido se quedaba en el alero, se consolaba viendo cómo tampoco los “suaristas” levantaban cabeza.
En esa larga noche hubo ocurrencias para todos los gustos. Uno de los extremados del ala derecha decía: “Vamos, menos mal que han salido los socialistas, que nos van a traer lo que Franco nos quitó”… Cuando alguien le preguntó qué era ello, respondió… “el hambre y las alpargatas”, con lo que, aparte de evidenciar su inclinación, señalaba, quizás con negros tintes, una de las mayores dificultades que se le presentan al PSOE, cual es que ahora, con mayoría, tiene que gobernar con mucho tiento, pues a decir verdad no es precisamente “un caramelo” lo que UCD le deja en las manos. Así es la democracia. Hay que acatar las decisiones del pueblo y desear que los socialistas sepan hacerlo a las mil maravillas, porque en definitiva lo que está en juego es el progreso del país, que según estima el pueblo puede llegar gracias al PSOE, que ahora tiene en sus manos el “testigo” y cuatro años por delante para demostrar que sabe hacerlo.
No es fácil ganar unas elecciones, pero las dificultades de verdad para cualquier partido, y el socialista no es una excepción, radican en gobernar bien desde que se ganan las elecciones en adelante, sin defraudar a la propia parroquia y a los que sin ser parroquianos pusieron la fe de su voto en ellos. Unos y otros quedamos expectantes en esta etapa que comienza tras los comicios.
Diario HOY, 30 de octubre de 1982

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