sábado, 2 de septiembre de 2017

“La guerra de los espárragos”


A mi me parece muy bien que nuestra Diputación intente pedir cuentas a Televisión Española de la razón por la cual se ha desacreditado en sus pantallas, de una amplia audiencia nacional, a los espárragos que se cultivan y manufacturan en nuestra provincia, porque de esa industria viven muchas familias cacereñas que pueden sentirse afectadas; máxime cuando este descrédito, o crítica negativa, se hace a favor de otra región española, como Navarra, que fue la única que compareció, con sus fabricantes y cultivadores, a dicha emisión, estando ausentes los nuestros y por tanto en imposibilidad de defenderse
Esto, quiérase o no, huele mal y ya en ocasión anterior hubo otra “guerra” parecida de productos, a favor de marcas catalanas, referida al “foie – gras” que se fabrica en Extremadura, precisamente en la audición de Radio Nacional, de Luis del Olmo, en la que se puso en “la picota” a nuestro “foie – gras” que se las vio y se las deseó, por la amplia repercusión de estos medios, para equilibrar sus ventas y pedidos que se vieron mermados a cuenta de ello.
Con esto, como con la política, lo estrictamente ético es que debería exigirse hablar de los propios productos y sus cualidades, pero nunca montando campañas hablando mal de los que están ausentes y no pueden defenderse.
Hartos estamos de ver partidos políticos que se olvidan hablar de sus programas, pero ponen verdes a los programas de los partidos oponentes. Si esto se va a traducir a los productos en una “guerra” entre regiones, ello puede tener graves consecuencias para todos.
Pienso yo que en esto debería haber un cierto código por el que no pudieran intervenir los fabricantes, sino —si acaso— las asociaciones de consumidores correctamente constituidas que, al ser sólo eso: consumidores, serían más libres al emitir sus juicios sin que den ese tufillo a interesados que da el de los fabricantes y cultivadores de una determinada región.
Queda por aclarar qué interés puede tener el propio medio —Televisión o Radio Nacional— en inclinarse hacia uno u otro lado, posiblemente ninguno, pero aquí pasa como con la mujer del César, que no sólo debe ser honrada, sino también parecerlo… Vamos, digo yo.
Diario HOY, 24 de octubre de 1982

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