Los tiempos han variado pero no es lógico el olvido total de algo que
sucedió no hace tanto. A mí una cosa y otra me lo han recordado y por ello
quiero recordárselo a ustedes. Ahora, cuando las inundaciones del Levante
español han sumido en el duelo a los españoles de aquellas provincias, he
recordado la actuación de Cáceres y los cacereños cuando otra riada similar,
allá por el año 1957, sumió en la ruina a la ciudad de Valencia.
Eran tiempos de escasez para todos y, quizás por ello, más estimable
la solidaridad, y España entera se volcó en la ayuda a Valencia, por infinidad
de medios. Aquí en nuestra ciudad, y justo es recordarlo ahora para la pequeña
historia local, la abanderada de esa ayuda fue la emisora, casi recién creada
por aquel entonces, llamada “Radio
Cáceres”, que con muy escasos medios montó una campaña, en solitario, para
pedir a todos los cacereños ayuda para Valencia. El ingenio suplió a la técnica
y la solidaridad cacereña a la escasez que también Cáceres padecía, y el todo
Cáceres de aquel entonces se volcó en estas ayudas que se montaron de una forma
espontánea a través de unas subastas de objetos, cuya recaudación se destinaba
a los damnificados de Valencia. Un equipo entusiasta de profesionales de la
radio, con ingenio y salero, hicieron amenas las audiciones que escuchó todo
Cáceres participando en ellas hasta el punto de que muchos días la emisora no
se cerraba y se hacían turnos de personal, reforzados por otros muchos
voluntarios, que de día y de noche subastaba los objetos más heterogéneos,
donados por los cacereños y discutidos, a través de llamadas telefónicas, por
los propios cacereños en una pugna de personas y grupos que dieron a manos
llenas dinero para Valencia. Recuerdo, como ejemplo, que una simple caja de
cerillas que costaría entonces 50 céntimos, se discutía en subasta hasta
alcanzar cifras de 500 a 1.000 pesetas, de las de entonces, y por este sistema,
en sólo una veintena de días se lograron un montón de millones de pesetas
—también de los de entonces— que se le ofreció generosamente a Valencia.
Ello se matizó con festivales, para el mismo fin, en los que
participaron figuras relevante del teatro o cine español; partidos de fútbol,
cuya recaudación se destinaba a lo mismo, etc., etc.
Se volcó la generosidad de nuestro pueblo, siendo el vehículo “Radio
Cáceres”, que por ello mereció el que se le otorgara la medalla al Mérito
Civil, personificada en el que fue locutor y animador de la campaña nuestro
compañero “Polito”, y también la “Medalla de Ayuda a Valencia”, que se dio
a cada uno de los miembros del equipo. Creo que es justo recordarlo.
Diario HOY, 27 de octubre de 1982
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