jueves, 7 de septiembre de 2017

Los hombres de corcho


Hay lo que yo llamo “hombres de corcho”, que nada en cualquier aguas políticas, de las ideas pasadas, presentes y por venir. Luis María Ansón los señalaba perfectamente en su artículo “Socialistas de toda la vida”, que me ha venido a recordar un caso vivido aquí, del que creo que les conté ya una primera parte. Se trata un poco de ese chiste tan en boga —pero que sobre todo se lleva ala práctica— del que decía: “Perdimos los de UCD, pero gracias a Dios hemos ganado los socialistas.” Lo que indica que para muchos “el hombre sigue siendo el sistema”, haya el régimen o la idea política que haya. Y el hombre —claro—son ellos mismos.
El sucedido fue que durante los años de la guerra civil un personaje de uno de nuestros pueblos fue acusado de  rojo” y se le hizo un juicio “depurativo” en Cáceres, de los que estaban entonces al uso. Era un hombre pardo, con más conchas que un galápago. Cuando el juez de su expediente le preguntó si pertenecía a Falange Española de las JONS, él, sin dudarlo un momento, le respondió:
—“No señol juez, pero cuanti que salga de aquí me apunto…”
La cosa tuvo gracia y salió con bien de aquella depuración. Lo que no conté entonces es lo que voy a contarles ahora.
En efecto, nuestro amigo salió y se apunto a la Falange de aquel entonces y aunque nuevo en sus filas, no sé por qué malabarismos, al poco era “camisa vieja de la Falange” y hasta llevaba sobre la solapa una insignia de la “Vieja Guardia”, que entonces era una patente de pureza que le permitía mirar por encima del hombro a sus convecinos.
Durante los cuarenta años de la dictadura franquista ha sido más de una vez alcalde de su pueblo y hasta jefe local del Movimiento y, desde luego, un purista que saludaba brazo en alto a tirios y troyanos.
Pero no queda ahí la cosa. Cuando llegó la democracia, tras una temporada de “meditación”, ha vuelto —aunque con muchos años ya— a la política y olvidando los últimos cuarenta años vividos se ha agarrado a su “juicio depurativo” para convencer a sus convecinos de lo que en realidad él ha sido es un socialista, perseguido por el anterior régimen.
En fin, que como los que ahora comiencen a mandar no se anden con ojo, me lo veo de alcalde socialista de su partido.
Diario HOY, 3 de diciembre de 1982

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