viernes, 1 de septiembre de 2017

Los mítines y su vestimenta


Desde luego, algo nuevo va a sacar nuestro pueblo de este pluralismo de partidos que se presentan a las elecciones. Me refiero a una serie de hábitos que, sin querer, nos estamos autoimponiendo todos y que se refieren al vestir en el que existe ahora una amplia y agradable libertad, no solo en las mujeres, sino también en los hombres, de ir vestido como a uno le apetece. Pasaron ya a la historia aquellos tiempos en que, en determinados niveles económicos y sociales era obligado llevar sombrero, corbata o cuello duro. Recuerdo a este respecto lo que decía entonces un amigo mío que era empleado de banca: “Estoy hasta el gorro de ser pobre y tener que llevar cuello duro”… Ahora no sucede eso. Ahora cada cual va como le apetece, pero comienza a ocurrir, en lo político, un fenómeno relacionado con la vestimenta…
Ya sé que los mal intencionados van a pensar que me refiero a que hay mucho “cambio de chaqueta”, pero no es lo que yo quiero señalar, sino a la autodeterminación de cada cual a elegir la vestimenta para participar en unos y otros mítines políticos, aunque sea como público.
Por ejemplo, si uno va a un mitin o acto político de Fraga lo más lógico es que lleve corbata; no digamos si va a uno de don Blas, porque aquí, lo lógico es llevar corbata con colores nacionales. También son mítines para corbata los de don Landelino y los de don Adolfo, lo que quiere decir que del centro a la derecha la corbata, sino obligada, sí es recomendable. Lo que no se le ocurre a nadie —aunque respetemos la libertad de todos— es ir a un mitin de don Felipe con corbata. Aquí es más indicado una camisa o “niqui” y unos vaqueros y, de ahí hacia la izquierda, la corbata prácticamente desaparece hasta llegar a los actos del PCE, en los que, por usarla don Santiago, la vestimenta es “entreverada” y la corbata puede o no usarse, pero debe ser roja. En los mítines de nuestro buen Cañada, lo obligado es la boina y hasta podría irse con algún animalillo agropecuario como podría ser una gallina, un jabato o una cabra, aunque si el mitin lo preside don Enrique, los animales sobran, puede mantenerse la boina y hasta puede darse a la vestimenta un “toque” de corbata… En fin, que nadie obliga, esto suele ser algo que el pueblo hace espontáneamente, pero como se viene dando como fenómeno, no hacemos más que recogerlo.
Diario HOY, 20 de octubre de 1982

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