Hay una curiosidad, o casualidad, de la que en alguna ocasión anterior
hemos hablado, cual es la coincidencia de celestiales patronos entre Barcelona
y Cáceres. No ha habido una corriente catalanista en Cáceres en épocas pasadas,
por lo que es mucho más curiosa la coincidencia. Resulta que tanto Barcelona
como Cáceres capital, tiene por patronos a San Jorge —aunque allí le llamen San
“Yordi”— y la Virgen de Montserrat
—aunque aquí la llamamos de la Montaña.
La primera coincidencia es a mi juicio una casualidad ya que la
elección del mismo santo como patrono fue una cosa casual; pero la segunda
tiene su explicación, que muchos cacereños han olvidado pero que hoy nos
proponemos recordarles a grandes rasgos, ya que por televisión, y a cuenta de
la visita del Santo Padre a Montserrat, se ha sacado la imagen de la Virgen
Morena, que es originaria de nuestra Virgen de la Montaña.
Al parecer, ambas imágenes no tienen ahora muchos rasgos comunes, pero
lo cierto es que esa advocación la trajo a Cáceres el piadoso anacoreta de
Casas de Millán, Francisco de Paniagua en 1600, que venía pidiendo limosnas con
ella y se instaló en la Sierra de la Mosca, donde por sus manos, le hizo la primera
capilla, uniéndose a él en la divulgación de esta imagen el vicario de la villa,
don Sancho de Figueroa. La primera cofradía la aprobó el obispo de Coria, don
Juan Roco, en 1635, popularizándose dicha imagen con el nombre de “Nuestra Señora de Montserrate”, que fue
el primero que tuvo, y que luego el pueblo convirtió en “de la Montaña”, al castellanizarlo. La imagen, copia de la
Moreneta, que fue la que trajo Paniagua, está en el convento de San Pablo, y
era más pequeña que la actual de la Montaña. Esta última, la mandó hacer, por
la anterior, don Sancho de Figueroa, en 1641 y es la que nosotros tenemos
actualmente por patrona de Cáceres.
Las diferencias entre una y otra radican ahora en que son copias
hechas por diversos artistas y sobre otras copias, por lo que aún en el rostro
tienen ya rasgos diferenciales, así como el que la nuestra está vestida, aunque
sin manto, es una virgen sentada igual que la de Montserrat.
Aparte de lo dicho, una imagen es copia de otra, aunque se hayan
producido diferencias con el tiempo, no sólo en la forma, sino en el propio
nombre de la Virgen. Hay que decir también que todas las imágenes de la Virgen
son imágenes de la Madre del Señor y de la misma persona, pero de todos modos,
esta es una curiosidad que ofreceremos hoy a los cacereños.
Diario HOY, 9 de noviembre de 1982
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