jueves, 28 de septiembre de 2017

Olvidos administrativos


En Cáceres ha habido edificios que se han perdido a cuenta de la burocracia y otros que estuvieron a punto de perderse. Entre los primeros, recordaremos como ejemplo de lo que no debió ocurrir, el Sanatorio Antituberculoso de la Montaña, enclavado en el Portanchito y hoy en ruinas. Este edificio quedó acabado y dotado a raíz del comienzo de la guerra civil y fue entregado o requisado para destinarlo a hospital de oficiales. Como tal funcionó y, terminada la guerra, por aquello de que había pasado de ministerio y otras pegas burocráticas, se dejó arruinar sin poder ser útil a nadie.
Entre los segundos figuró la actual Escuela de Magisterio, también requisada como hospital y que costó Dios y ayuda el que volviera a ser de nuevo Escuela de magisterio, consiguiendo la reversión a su primitiva función muchos años después de terminada la guerra.
Las circunstancias eran otras y había una guerra de por medio, por lo que estas pérdidas, o semipérdidas, tienen alguna justificación, que no podríamos encontrar ahora en algunos edificios oficiales que están también abandonados, sin cumplir función alguna, mientras la Administración en otras ramas busca edificios para instalaciones diversas, sin encontrarlos y “cargando el mocho” —como suele decirse— al Ayuntamiento o a la Diputación. Y al menos esta última ha dado a manos llenas, mientras la Administración general deja arruinarse los suyos sin acordarse de ellos.
La Universidad ha venido buscando un edificio para la Escuela de Informática, y la propia Universidad está buscando otro para que comience en Cáceres el próximo curso de la Facultad de Veterinaria, mientras se construye la nueva en terrenos cedidos por la Diputación. Pues bien, mientras tanto está cerrado el edificio antiguo de Correos que, un poco adecentado podría muy bien servir para cualquiera de esas funciones, lográndose al par que no se llegara a la ruina total del mismo.
Otros casos hay de edificios readaptados y concluidos que tampoco tienen función, como el antiguo Instituto e Higiene, del que en alguna ocasión nos hemos ocupado y del que parece se ha olvidado también el Ministerio correspondiente.
En fin, que si la Administración centralizada tiene estos olvidos, no es lógico que los herede también la descentralizada, digo yo.
Diario HOY, 11 de mayo de 1983

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