Todo lo nuevo necesita rodaje y, posiblemente, el progreso lleva
implícitos puntos oscuros que luego, con el tiempo, se van aclarando… Es como
si en muchas cosas hubiéramos de pagar, todos, la novatada.
Decimos esto porque a los tradicionales sorteos de mozos en las Cajas
de Reclutas de toda España se les ha incorporado un sistema nuevo de ordenador
central, que funciona en la Oficina General de Datos, según nos han explicado.
El sistema es desde luego más perfecto que el tradicional de la bolita, o
pretende serlo, aunque en esta primera ocasión que se ha empleado el ordenador
los quintos y sus familiares —en la mayoría de los casos— se hayan quedado con
las ganas de saber, inmediatamente, como sucedía antes, si les tocó “servir” en la Península o fuera de ella.
Cierto que la espera es sólo de unos días, ya que de saberlo el pasado domingo
día 21 a saberlo a partir del día 24, como se ha anunciado, hay pocas horas de
diferencia, pero así y todo muchas familias se han quedado con esa
incertidumbre, y tanto a las Cajas como a los medios informativos nos han
llovido llamadas y consultas que en el caso nuestro sólo hemos podido evacuar
con dudas.
La verdad es que en lo que se refiere a la Caja de Reclutas de
Cáceres, se han proporcionado los datos que podían proporcionar, como son los
de los llamamientos y quiénes iniciaban cada uno de ellos; quedaba el dato de
cuántos de estos mozos van destinados fuera de la Península, pero esa es la
parte que pudiéramos llamar “sagrada”
que corresponde decir al ordenador, por lo que lo más que pudo decir —y sólo a
los que asistieron al sorteo, ya que eran datos dudosos y a decidir— el
teniente coronel que lo presidía en Cáceres, es que los que servirían fuera de
la Península de cada llamamiento serían aproximadamente unos 75 y que el orden
sería establecido así: Canarias, Melilla, Ceuta y Baleares, pero que en
definitiva era el ordenador el que decidiría en todo caso y que ese resultado,
ya de forma cierta, podría verse a partir del día 24.
Esto les hemos explicado a cuantos nos han preguntado y algunos nos
han dicho: “Pues oiga, yo prefería el sistema
antiguo, que sin tanto ordenador y sin tanta gaita te daba a conocer en el
momento si servías fuera o dentro de la Península…” Puede que este
interlocutor tenga algo de razón, pero el progreso tiene estas cosas y, en
definitiva, el que manda manda, y aquí el que manda es el dichoso ordenador.
Diario HOY, 24 de noviembre de 1982
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