domingo, 17 de septiembre de 2017

Una simple charla de bar


—“Lo que te digo es que para una buena conducción no hay sólo que acordarse del cambio, sino de los otros elementos que integran el motor, como pueden ser el acelerador, el freno y el volante, entre los de la propia conducción, así como el aceite, la gasolina, el agua, el carburador y la batería, entre los elementos que hacen funcionar todo el conjunto, porque si solo te acuerdas del cambio corres el peligro de quemar el motor, quedarte sin gasolina y no llevar una conducción ajustada a los cánones… ¡Y no quiero decirte nada si sólo te acuerdas del cambio para ir marcha atrás, porque, como suele decirse, acabarás “de culo”, que es lo que viene sucediendo con todos estos bisoños conductores!”
El que hablaba era Juan, un conductor que en cierto modo reducía todo a su propia profesión, porque lo curioso es que no se hablaba de la conducción de un vehículo, sino de la política actual del gobierno socialista, con la que Juan hacía un símil para ilustrar a su amigo Antonio, dentro de la tertulia habitual del bar, en la que se habla de todo.
—“Lo que pasa —respondía Antonio, con carnet del Partido Socialista de toda la vida—, es que tú eres un facha. Acaban de llegar y hay que darles un tiempo de confianza para que vayan aprendiendo.”
—“Pero oye, tío —replicaba el otro— es que en este aprendizaje nos van a quemar el coche y nos vamos a apear todos de él en calzones, porque pienso yo que si para conducir un vehículo se exige un carnet y unas pruebas, para conducir a todo un pueblo, se debe exigir al menos tiento, pero no soliviantar a todo el mundo y empeñarse en manejar sólo el cambio a tontas y locas, sin emplear los otros elementos y asustándonos a todos los que vamos embarcados en el vehículo, porque vemos que nos vamos a dar el batacazo y además nos lo vamos a dar marcha atrás; en fin, que como siga así se van a quedar sin clientela y ya hay algunos que se han apeado en macha.”
—“Ahí voy yo —decía Antonio—, porque no me negarás que lo de los diez millones de voto ha sido cierto.”
—“Ciertísimo, pero nos hemos echado una cruz para cuatro años y no sé si el vehículo aguantará.”
—“Bien, pero en la política internacional…” —señalaba Antonio—
—“Con un Fernando Morán, que tiene cara de pobre, creo que sólo alcanzaremos el que nos del alguna limosna.”
Diario HOY, 19 de febrero de 1983

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