lunes, 30 de octubre de 2017

La calle de Sancti Spíritus


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
Por indicación de algún comunicante de esta sección, vamos a seguir hoy con nuestro callejero, o sea, dando el origen remoto de algunas de nuestras calles cacereñas y de la razón que ha hecho que se las nomine del modo que ahora las conocemos. Muchos de estos nombres se remontan a fechas antiquísimas, pero todos ellos tienen una razón remota que, ahora, nos resulta en cierto modo desconocida.
Una de estas calles, cuyos orígenes se remontan al medievo, es la llamada calle de Sancti Spíritus, precisamente la que parte de la plazuela del Duque, llamada popularmente de las Cuatro Esquinas, para enlazar con la calle General Margallo, muy conocida por el nombre antiguo de calle de Moros.
El nombre de Sancti Spíritus, que sigue teniendo esta calle, se debe a que en ella existió un hospital con este nombre, posiblemente el primer centro de este tipo que se crea en Cáceres, ya que su fundación se remonta al siglo XIV. Estuvo enclavado en el solar que hoy ocupa el Cine Capitol, o sea, el actual número 6 de la calle, y su fábrica perduró, ya muy reformada, hasta la construcción de mencionado cinematógrafo.
Dicho hospital lo fundó una familia noble que existió en Cáceres por aquellas fechas, la familia Robles, que tuvieron grandes posibles y de los que ya he contado la anécdota de que un don Juan de Robles lo reformó destinando grandes sumas al mismo en favor de los pobres, pero que la reticencia del vecindario decía que los pobres los hacía él, por tener fama de explotador y usurero.
El inmueble quedó prácticamente abandonado con la desamortización, ya que las fincas que lo mantenían fueron subastadas.
Tuvo varios destinos después, desde el de posada hasta el de cuartel, para lo que sirvió en diversas ocasiones, en la Guerra de la Independencia y últimamente en la Guerra Civil, pues durante algún tiempo fue cuartel de la Falange cacereña. Desapareció para construir el cine; algunas de sus piedras de cantería, escudos y aun cartelas con leyendas sobre sus beneficiarios, pasaron al Museo Provincial.
El nombre se ha mantenido en la calle, que es el único recuerdo que resta de él.
Diario HOY, 8 de marzo de 1984

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.