martes, 10 de octubre de 2017

La caza y su mundillo


El mundillo de los cazadores es un mundo aparte y un deporte que, como cuenta con una gran masa de practicantes, está en candelero en estos días y es rara la tertulia donde no sale a relucir el tema cinegético.
El pasado domingo fue el segundo en que se pudo cazar la tórtola en nuestra provincia, y aunque la impresión primera era que este año habría menos ejemplares de esta especie —cosa hasta cierto punto lógica, por la falta de alimentos y agua— la verdad es que muchas partidas están encontrando “pasos” para divertirse al menos tan frecuentados por estas aves de paso como en años anteriores.
Estas razones hacen que la crítica de los  de aquí sea sobre los poquísimos días autorizados en la provincia, cuando en las provincias limítrofes se pueden cazar más días; en algunas, como Badajoz, también los sábados y jueves y en otras todos los días.
Esto hace que vuelva a hablarse de las rarísimas decisiones que toma el Consejo de Caza, máxime habiéndose sabido que la veda en Cáceres estuvo a punto de no salir y que sí salió cinco días escasos es debido a la presión que, en solitario, hizo uno de los pocos miembros de dicho consejo que representa a los cazadores modestos. Ni que decir tiene que las opiniones de cada aficionado suelen ser para todos los gustos y más o menos drásticas según el carácter del que las expresa.
Algunos piden que esto de la media veda debería ser de tipo nacional y no potestad de los gobernadores de cada provincia; otros que se deberían renovar los consejos de caza dando entrada a más representantes de los cazadores modestos que, en definitiva, son los que más deben entender de esto y a los que más debería oírse.
Había quien señalaba intereses de otro tipo de alguno de sus miembros más dedicados a otros tipos de caza y hasta algunos negocios montados alrededor de ella, llegando a decirse que si alguno de estos miembros, por ejemplo, tiene montado este negocio en la explotación de “la berrea”, pudiera oponerse, por entender que el mayor número de gentes en el campo en otras cazas puede dañar ese negocio.
Se llegó a decir que cualquiera que tenga montado negocios sobre la caza, debería automáticamente dejar de tener voto en estos consejos, aunque permaneciera como miembros consultado.
Más cosas salieron a relucir, como es la oposición casi general del cazador modesto a que se cace la perdiz con reclamo, cosa que viene esquilmando a esta especie, dígase lo que se diga.
En este sentido hubo una opinión que estimamos lógica hasta cierto punto y que era: autorizar esta caza sólo a los mayores de 60 años, con facultades disminuidas para ejercer otro tipo de caza, dándoles ocasión a seguir con ésta, aunque limitándoles los días.
En fin, como pueden ver, hay opiniones para todos los gustos, y hasta su marejadilla de fondo; por nuestra parte no avalamos ninguna de estas opiniones, pero las recogemos, al menos para que se conozcan.
Diario HOY, 30 de agosto de 1983

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