sábado, 21 de octubre de 2017

Lo externo y lo interno


Yo no querría recoger hoy, precisamente día 24 el de la Nochebuena, algo que pudiera sonar a crítica amarga, porque creo que estas son fechas para dulcificar cualquier clase de crítica con ese espíritu navideño —y cristiano, ¿por qué no decirlo?— que debe presidir la convivencia a todos los niveles en este hermoso tiempo de Navidad. Pero la verdad debe estar por encima de todo y la opinión del pueblo, de la calle, también; porque el no recogerla es escamotear la verdad precisamente en algo callejero y público como es la preparación de ambientes de esta fecha que ha corrido a cargo de nuestro Ayuntamiento.
En esto, todo ha salido mal, y en nuestras calles se nos ha preparado una Navidad tan raquítica y pueblerina, como hacía muchos años que no la teníamos: las luces extraordinarias que debieron estar encendidas el día 22, no estaban ni puestas; los pocos tramos puestos, sobre todo los de las iluminaciones de algunos árboles de los paseos, estaban puestos sin ningún arte y como soltando encima de estos arbustos una sarta de bombillas cayeran como cayeran; el “belén” municipal es un montón de serrín, con unas figuras puestas encima, también como quiera. Todo esto lo nota la gente y lo comenta y podemos decir que ningún Ayuntamiento hizo peor las cosas, aunque todo tiene justificación en esta vida y esto también puede tenerla.
Yo, en el deseo de “echar un capote” a los organizadores —que habrán aprendido para otras ocasiones— diré que quizás esto sea lo que menos importa. Pienso que Jesús eligió nacer en un pobre portal, sin iluminación, sonorización y sin vanidades externas, porque no importa tanto el exterior como el interior de cada uno. La Navidad y su espíritu, lo tenemos que vivir todos por dentro siendo mejores con los que nos rodean, perdonando a los que nos ofenden, tendiendo la mano a los enemigos —porque tendérsela a los amigos es lo fácil—, compartiendo con los otros lo poco o mucho que tengamos, escuchando a los que nos hablan y todo ello sin esperar nada a cambio.  Esto seguro que si logramos realizar todo esto, las luces extraordinarias y la sonorización se nos encenderán en los entresijos del alma, que es lo que importa.
Diario HOY, 24 de diciembre de 1983

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.