sábado, 4 de noviembre de 2017

Frases hechas


He de decir que tengo gran curiosidad por las frases hechas que tradicionalmente emplea nuestro pueblo, porque pienso que algunas de ellas son  netamente cacereñas y basadas en hechos que ocurrieron aquí y que causaron el suficiente impacto en nuestro vecindario para recordarlos como ejemplares. Hay otras de dudoso origen, porque se emplean también fuera de Cáceres, como podría ser la de: “Llueve más que cuando enterraron a Bigote”, agregando algunos que “la caja era de hierro y sobrenadaba”. No sé si el Bigote referido tenía vecindad cacereña, porque la misma frase he oído en alguna población distinta, pero hay dos frases que son netamente cacereñas y de cuyo origen he logrado averiguar la poca historia que hoy voy a contarles.
Está el dicho: “Sabes más que las pardillas del Guadiloba”, referido a esos pequeños peces de nuestro río que por su tamaño se escapan de las más finas mallas de cualquiera de los trasmallos que empleaban nuestros tradicionales pescadores, entre los que había mucho personal del gremio de carpinteros que, no sé por qué razón, eran todos muy pescadores.
Pero hay otra frase que todavía se emplea entre la gente vieja cacereña, cual es: “Eres más delicada que la de la calle Parra, que la mataron de un uvazo”. Tengo que decir que mi curiosidad me ha llevado a preguntar a las gentes viejas de dónde parte la frase, y una señora de más de noventa años, me contó la siguiente versión de un hecho ocurrido aquí a principios de siglo que causó gran impacto y que, al parecer, es el origen de mencionada frase.
Como se sabe, la mencionada calle recibe ese nombre, porque en ella había viñedos o parras y servía de paseo a nuestra gente de principios de siglo o finales del anterior. Pues bien, paseando por allí una joven que, según mi comunicante y sin saberlo ella, padecía del corazón, como broma, la tiraron una uva, siendo tal el susto —por tomarla desprevenida— que ello le produjo un paro cardíaco del que falleció instantáneamente. Se ha perdido hasta el nombre de los protagonistas, pero la frase quedó en el pueblo para señalar a las personas de suma delicadeza.
Diario HOY, 13 de abril de 1984

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