viernes, 3 de noviembre de 2017

Transformaciones urbanas


La transformación urbana sufrida por Cáceres en estos últimos 50 años ha sido tan grande que ahora, aún a los que la vivieron, les es difícil identificar en fotografías antiguas algunos de los lugares. Por ejemplo, toda la avenida de la Virgen de la Montaña está realizada desde la época de la República, cuando aquello aún era campo, hasta nuestros días. Cuando esta avenida tomó la forma que hoy tiene fue a raíz de construir en Cáceres las primeras viviendas protegidas de ella, que eran de las primeras que se hicieron, para lo que se montó un largo funicular que transportaba piedras desde lo alto del santuario de la Montaña al pie de obra. Dicho funicular atravesaba varios kilómetros de línea aérea a través del Rodeo y hasta hubo algún percance, ya que los chavales de aquel entonces —entre los que me contaba— tomaron la costumbre de “viajar” gratuitamente en las vagonetas vacías que subían, burlando la vigilancia de los encargados del funicular. Para las nuevas generaciones el ver la fotografía de aquel funicular, que funcionó varios años, es algo que no encaja con el Cáceres que conocen.
Otra avenida hecha totalmente de forma artificial es la llamada popularmente de Las Acacias, o de Nuestra Señora de Guadalupe. Donde está ahora la avenida había una profunda sima, y en la parte de su arranque, donde están hoy los hoteles Extremadura y Alcántara, un alto cerro que desde época anterior a la guerra civil se fue desmontando y allanando, llevando su tierra mediante unos carriles con vagonetas, hasta la sima que indico para rellenarla y formar, muy posteriormente, el promontorio por donde hoy discurre la avenida. También esas vagonetas eran objeto de juegos infantiles y, cuando los obreros dejaban la obra, los chavales de entonces montaban en ellas para dejarlas sueltas por el carril y saltar, con vagones y todo, al vacío de la sima en un peligrosísimo juego que proporcionó algunos accidentes en los que la parte más difícil era contar en casa cómo se había accidentado uno.
Son, si ustedes quieren, antiguos recuerdos de un Cáceres inmediato y desaparecido que hoy día nos parece insólito cuando le vemos reflejado en viejas fotografías. También recuerdan los juegos infantiles de entonces que no eran “todo lo santos” que dicen los mayores.
Diario HOY, 8 de abril de 1984

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.