jueves, 23 de noviembre de 2017

Un enfoque para los conquistadores


En relación con el 492 aniversario del descubrimiento de América, que acaba de celebrarse en Trujillo, se me han venido a las mientes una serie de posiciones que creo debemos meditar los propios extremeños en cuanto a la forma de encajar ahora todo aquello que ya es historia de la Humanidad y en la que nuestra región tuvo un importante protagonismo.
Pienso con el presidente regional, que hizo la declaración institucional del acto, que, en efecto, está bien que “Extremadura se reafirme en el rechazo imperialista y cruento del caballo y la espada… de lo que tanto tiempo se ha mantenido como representativo de la gloriosa gesta, en una visión deformada de la Historia” (como él dijo más o menos), pero pienso también que no debe sonrojarnos el que nuestros antepasados, los conquistadores, vivieran con arreglo al entorno épico y aun imperialista que les tocó vivir. Podremos decir que de haberse hecho la gesta en este tiempo, puede que la hubiera informado otro espíritu, pero se hizo entonces y entonces el entorno era otro que ahora y debemos asumirlo sin sonrojarnos por ello.
A cuenta de esto, voy a contarles un caso que me sucedió visitando Perú. Nuestro guía, un peruano culto, se las veía y se las deseaba para no ofender al grupo español, hablando mal de los conquistadores. Vistas así las cosas, a mi se me ocurrió decirle lo que realmente pienso: “Háblenos con toda claridad de los conquistadores, de sus luces y sus sombras, porque da la casualidad que ellos son más antepasados suyos que nuestros. Nuestros abuelos emparentados con ellos, se quedaron en la península y éstos serán los suyos, porque aquí establecieron sus familia.”
Nuestro guía entendió perfectamente lo dicho, y yo creo que esto es válido también para enfocar ahora la celebración, sin sonrojos ningunos por nuestra parte.
Diario HOY, 14 de octubre de 1984

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