Es curioso saber que los que traen en jaque a la Policía, los que
crean la inseguridad ciudadana, son siempre los mismos y no pasan de ser una
docena, sobradamente conocidos, en cada población, que entran y salen de las
comisarías o prisiones como Perico por su casa.
Aquí en Cáceres, los que tenemos que dar información de todo esto,
vemos que siempre son los mismos nombres y alguna vez nos hemos referido a ello
no explicándonos cómo las leyes actuales los protegen hasta el punto de que
sean los mismos los que crean esa inseguridad ciudadana que hoy nos disfrutamos
en todo el país, y que comienza a preocuparnos, no por los de dentro, sino por
los turistas que antes venían aquí a gastarse los cuartos y que ahora, dado esa
misma inseguridad, prefieren írselos a gastar a sitio más tranquilo.
Ayer mismo en Televisión, dos de sus ministros españoles trataban de
tranquilizar a los hoteleros e industriales de las zonas turísticas,
explicándoles que no sólo hay retraimiento por la inseguridad española, sino
porque hay una crisis mundial. Yo supongo que a los industriales lo que les
importa es que el turista venga y se le garantice que no le van a asaltar por
la calle durante el descanso aquí, porque la crisis ya estaba ahí hacía tiempo
y en esa no tocamos pito, pero en la seguridad o inseguridad sí que podemos
tocarlo, porque seguir negándolo simplemente, a estas alturas es demencial.
Yo pienso que nuestra Policía debe estar creando el mismo complejo que
los galgos que corren en los canódromos a los que, por mucho que apresen a la
liebre mecánica, se la vuelven a soltar para que sigan corriendo; puede que los
galgos por atavismo no se cansen del juego, pero la Policía debe de estar hasta
el gorro de este coger agua en un cesto, aunque su profesionalidad les obligue
a seguir haciéndolo.
Diario HOY, 2 de marzo de 1985
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