lunes, 25 de diciembre de 2017

La Torre de Espadero

Lo que nos sucedió con los edificios adquiridos y entregados para hacer el parador de turismo, que no se hizo, es ya agua pasada y excepto servir para el comentario y para sacar experiencia no nos puede servir para otra cosa. Por si no lo recuerdan ustedes, sucintamente les diremos que con el deseo de que se nos hiciera un Parador Nacional de Turismo en Cáceres, nuestro ayuntamiento se puso al habla con el Ministerio que llevaba entonces estas cosas y por mutuo acuerdo,  se entregaron al Estado los dos palacios sobre los que iría construido el Parador: El de “Moctezuma” y el de la “Torre de Espaderos”, se hizo la demolición del resto de casitas que se habían adquirido —también a expensa municipal— que serían igualmente terrenos para el parador y, aunque los planos estaban hechos y comenzadas las obras, el Ministerio y el Estado desistieron de hacer el parador, quedando abandonados los dos palacios que ya eran propiedad del Estado que, como el perro del hortelano, no sabía qué hacer con ellos y se los dejó arruinar.
Ahora, tras años de mucho rogar y aprovechando el próximo centenario del descubrimiento de América, se ha logrado convencer al Estado de que al menos uno de los palacios, el “Moctezuma”, se restaure de sus ruinas y se le de una función —que aún no está muy clara— pero el otro, “La Torre de Espaderos”, está totalmente abandonado y sólo sirviendo de refugio a rateros de mayor o menor categoría que allí esconden su botín, como ha sido noticia hace unos días. Por si ustedes no lo saben, les diré que esa torre, históricamente es aún más importante que el “Moctezuma” ya que en ella velaban sus armas y se investían caballeros los “Fratres de Cáceres” que fueron los primeros caballeros de la Orden de Santiago, lo que quiere decir que es un monumento que rebasa la historia local para entrar en la gran historia de España.
Explicado esto y sin acritud, creo que los cacereños tenemos derecho a que el Estado nos explique qué es lo que hará con este monumento que le entregamos, por que si se lo va a dejar arruinar simplemente, sin darle finalidad ninguna, mejor sería que nos lo devolviera.
Diario HOY, 29 de agosto de 1985

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