jueves, 11 de enero de 2018

El carnaval, recuperado


Ahora que se le ha puesto el punto final a los carnavales y que hemos entrado en la Cuaresma, en esa lucha en la que se complacían nuestros clásicos de don Carnal y doña Cuaresma, hemos de decir que el carnaval en Cáceres capital ha sido recuperado, tras de cincuenta años de ausencia. Nosotros mostramos nuestro temor de que la fiesta no arraigara en los mayores, sino que fuera, más bien, una siembra entre los más jóvenes con una idea de recuperación futura, pero los mayores de todas las edades han sabido responder también a la convocatoria que familias enteras, de personas muy serias —como suele decirse—, no han tenido empacho en vestirse de máscaras, vestir a sus hijos y salir simplemente a pasear y embromar de buena fe a los amigos y a los no amigos.
En Cáceres se ha dado el fenómeno de que ha participado el pueblo de todas las edades, pero no sólo en los bailes sino en la calle, que es lo importante, y sin darle mayor trascendencia sino la de que es sano divertirse esos días y olvidarse un poco (si se puede) de lo dura que se nos ha puesto la vida.
No había solución de continuidad y sólo los más viejos recordaban los antiguos carnavales, por haberlos vivido, pero los de edad media no los conocían más que por los relatos y son esos los que han sabido darles tono popular en la capital
Ni que decir tiene que el presidente de la Comisión de Festejos está emocionado por lo magníficamente que ha sabido comportarse nuestro pueblo, donde no se ha registrado, a pesar de todo el aparente lío, ni un solo incidente desagradable. “Es que los cacereños somos formidables —nos decía— y tengo que darles públicamente las gracias por saber comportarse y participar con humor y alegría, como Dios manda”.
Pues por nosotros queda dicho y a lo mejor hasta tiene razón el concejal.
Diario HOY, 13 de febrero de 1986

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