lunes, 1 de enero de 2018

El converso

Esperábamos que tras tres años de mandato socialista la ola de “cambianombres” y “descuelgarretratos” había pasado finalmente a la historia en bien de la democracia, pero nos equivocamos.
A estas alturas el primer teniente de alcalde Marcelino Cardalliaguet, quiere presentar una moción al Pleno del Ayuntamiento proponiendo cambiar el nombre de la Plaza del Alférez Provisional por el de Plaza de Europa. Aunque él habla de que con el cambio no pretende más que rendir homenaje a nuestra entrada en el Mercado Común, son muchos los que piensan que al edil le chincha que dicha plaza siga llamándose así, quizás porque le recuerda un pasado próximo del que, al parecer, no está demasiado satisfecho. No digo yo que Marcelino fuera alférez provisional, porque no tiene edad para ello, pero pudo ser alférez de las milicias universitarias, herederas de las anteriores. No lo sé. Lo que sí sé es que Marcelino Cardalliaguet estudió en la Escuela de Mandos “José Antonio” para lograr el título de oficial instructor del Frente de Juventudes y que después fue delegado provincial de la O.J.E. en Zamora o Salamanca, cosa que en cuanto a lugar no tengo totalmente segura. Lo que sí puede afirmarse es que Marcelino no es socialista de toda la vida ni venido del exilio, sino “socialista converso”, y que como tal es mucho más drástico en sus decisiones que los “históricos” que no tienen que “lavar” su pasado. Y digo esto sin ánimo de ofenderle, sino tratando de poner las cosas en su sitio y para que se sepa que a Marcelino le salieron callos en la garganta de cantar el “Cara a sol” mientras enseñaba las doctrinas joseantonianas a los jóvenes de hace algunos años. Es posible que después se sintiera equivocado y pensando que de sabios es rectificar, rectificara; pero lo que no está bien es que ahora venga de “cambianobres” de lo que sus compañeros de corporaciones anteriores establecieron. La democracia es también respeto a lo anterior mientras se asumen nuevos caminos.
Diario HOY, 7 de noviembre de 1985

El Sr. Cardalliaguet envió al Diario Hoy un escrito de respuesta a esta “Ventana”, que fue publicado en la página 15 del número correspondiente al 10 de noviembre en los siguientes términos:

La “limpieza de sangre”  política y los “conversos” del PSOE
Marcelino Cardalliaguet Quirant
Una referencia tan concreta y puntual a mi persona y a mi biografía, como hace el señor García Morales en su sección “Ventana a la Ciudad” del periódico “HOY”, con fecha 7 de noviembre, creo que merece un punto de agradecimiento y algunas precisiones históricas; ya que, aunque de forma general, el cronista se ajusta a la verdad en la mayoría de su breve artículo, hay algunas tergiversaciones notables que podrían llevar a error al paciente ciudadano que se interesare por mi peripecia política o por mi actitud hacia épocas históricas pasadas.
En primer lugar, debo aclarar que no tengo por qué “lavar” ninguna página de mi pasado juvenil, ya que todas ellas están limpias y transparentes, como cualquiera puede comprobar en los numerosos expedientes personales que jalonan mi vida profesional y política; puede el señor García Morales bucear en esas páginas, ya un tanto apergaminados por los años, y no encontrará: ni sangre de guerras o “depuraciones”, ni “chanchullos” económico – patrióticos— que tanto proliferaron en el régimen imperante de mis años mozos, ni pistolones entre la ropa del armario.
Canté el “Cara al sol” junto con la mayor parte de mi generación; y ahora canto la “Internacional” casi con las mismas gentes que entonces, si eliminamos a los fanáticos y a los nostálgicos trasnochados; por ninguno de los dos himnos he sentido callosidades en la garganta.
Aprendí, y enseñé a los jóvenes que quisieron oírme, aquellas doctrinas “joseantonianas” que hablaban de nacionalizar la banca privada, la tierra, las fuentes de energía… que exaltaban la dignidad y la libertad de la persona humana… que propugnaban la unidad y la diversidad de los pueblos de España. De aquellas doctrinas acepté o rechacé lo que mi razón me dictaba, y no tuve por ello ni el más pequeño problema moral ni político, aún estando en la Academia de Mandos “José Antonio”; pues así fue, precisamente, donde tuve la mejor ocasión de leer a Marx, a Gramsci, a Darwin, a Hobbes, a Maquiavelo y a otros muchos autores condenados por la “inquisición” franquista, ya que la Academia custodiaba una espléndida biblioteca, —seguramente requisada a alguna institución cultural madrileña— no expurgada por la “furia” anticultural del régimen.
Ingresé en el PSOE cuando libre y conscientemente lo consideré oportuno, y nadie me pidió que presentase una declaración de “pureza de sangre” política; cosa que se hacía abusivamente en el régimen franquista con sus famosos “certificados de adhesión al Movimiento”, o los “expedientes de depuración política” a los desafectos, o las tristes Leyes de “Represión de la Masonería y el Comunismo” que ningún español decente podrá recordar con agrado.
Este ingreso en un partido político democrático, defensor de la justicia y de los Derechos Humanos, progresista y revolucionario no ha significado ninguna rectificación o “cambio de rumbo” en mi ideología. Lo que aprendí de joven, lo practico de viejo: honradez, honestidad, responsabilidad en el trabajo, y en el cargo político, cooperación en las tareas públicas y respeto a la libertad de los demás.
¡No hay “conversos” señor García Morales; y si los hay como lo soy yo, podemos recibirlos con los brazos abiertos!
La propuesta del cambio de nombre de una plaza de Cáceres que se propone hacer al Pleno del Ayuntamiento el Grupo Municipal Socialista, no responde —como usted cree— a un propósito revanchista o “purificador”, como hicieron los grupos franquistas sublevados en todas las ciudades españolas durante y después de la Guerra Civil, quitando nombres tradicionales e históricos para poner los suyos propios, sino a una explicación más simple y racional: conmemorar el ingreso de España en la Comunidad Europea, por considerarlo un hito histórico que debe quedar reflejado en la trama urbana cacereña.
Nada tenemos contra el alférez provisional; aunque con el paso de los años, habrá dejado ya de ser “provisional” y, suponemos, que también habrá ascendido y ya no será “alférez”. Por esto pensamos que es una lástima que una de las glorietas más bonitas de Cáceres esté dedicada a una persona que no existe de una época que queremos olvidar, mientras Europa —cuna de la civilización occidental y cristiana— se queda alejada y olvidada de los cacereños.
El autor es concejal del Ayuntamiento de Cáceres.

Esta respuesta del Sr. Cardalliaguet fue, a su vez, respondida por Fernando García Morales en la Ventana del 13 de noviembre titulada “Una cuestión de olores”.

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