miércoles, 17 de enero de 2018

La flamenquería de Veiga


Como resulta que en esta ciudad nuestra hacemos un mundo de cualquier cosa, la instalación de la estatua ecuestre de nuestro remoto paisano Hernán Cortés, el conquistador de México, se está liando de tal forma, porque cada cual quiere salirse con la suya, que como los ánimos sigan enconándose estamos viendo que el broncíneo jinete, harto de tanta discusión, va a picar espuelas y se va a marchar a Medellín, su tierra natal, para que dejen de moverle tanto el caballo, aunque sólo sea teóricamente.
La cosa vino porque la Diputación provincial se echó para adelante y dijo que regalaba una estatua ecuestre del conquistador, para ponerla en Cáceres, un poco preparando los actos del V Centenario, porque total, por diez milloncejos de pesetas que importaba el realizarla, era un verdadero regalo. Pidió sitio para ella al Ayuntamiento, que sería el receptor del regalo, y el Ayuntamiento dio que ¿dónde iba a estar mejor don Fernando Cortés y su caballo, sino en el inicio de la avenida de su nombre? Los expertos se fueron a ver dónde plantaban el caballo y no se les ocurrió más que, entre los muchos setos y setitos que no tienen árboles gordos, elegir el que más tenía y decir que se arrancaban los árboles y en paz. Aquí terció ADENEX, protectora de árboles menesterosos, máxime si son cedros de treinta años (como los que se quieren arrancar) y organizó una movida silenciosa para defenderlos
Nuestro alcalde, hombre pacífico, imitando a Franco cuando hablaba de Gibraltar, dijo que “unos árboles no merecían una guerra” y que la estatua se pondría en otro sitio y, cuando todos parecían tan contentos, nuestro buen presidente de la Diputación, que es el dueño de la estatua, media para decir que o  en el centro donde están los árboles o que no hay estatua, porque si por cedros es, él regala diez plantones de ellos a ADENEX y asunto concluido.
Yo no sé si Veiga ha entendido la discusión de ADENEX y el alcalde, porque eso del regalo de los cedros suena más bien a flamenquería muy fuera de lugar en este pleito.
Diario HOY, 17 de abril de 1986

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