miércoles, 10 de enero de 2018

Las reliquias de San Mateo


Pasaremos a hablar hoy de una curiosidad histórica. Dos ilustres militares del siglo XVII, ambos soldados de los Tercios de Flandes, fueron los que trajeron a Cáceres las reliquias de santos que existen o existieron en la parroquia de San Mateo, de la que fueron feligreses.
Uno de ellos fue Alfonso Ballesteros, teniente de los Tercios, que encontrándose en Bruselas durante las guerras religiosas ayudó en una de las Iglesias, ya que era hombre muy piadoso, a recoger los huesos y reliquias de los santos que habían esparcido por el suelo los agresores y por la confusión en que las habían dejado no se sabía a qué santos pertenecían cada una de ellas, aunque estaba probado y así constaba en los registros del templo, que habían pertenecido a las once mil vírgenes; San Reinaldo, obispo de Grecia; san Leonardo, San Quintiliano, San Bernardo, Santa Catalina y San Crisógono. Como llamó la atención el cuidado con que nuestro paisano Alfonso Ballesteros realizaba la selección y, estimándolo digno de guardar tal tesoro, se lo donaron y él, a su vez, los donó a su parroquia en Cáceres, donde figuran juntos con los que trajo el otro feligrés.
Este otro feligrés se llamaba Luis de Ávila y era sargento mayor de los mismos Tercios de Flandes, y consiguió unas reliquias a través del archiduque a quien servía, que fueron donadas a la Iglesia de San Mateo en 1607.
Diario HOY, 10 de febrero de 1986

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