lunes, 5 de febrero de 2018

Promesa ante 1987


Esta noche nos disponemos a “quemarle la huella” a 1986, o si ustedes quieren, a enterrarle y, como en todos los entierros, habrá que hacer el panegírico al difunto y no nos parecerá tan malo el 1986, porque entre otras cosas, estos “entierros” que se realizan a base de uvas y alcohol (sea champán o vino peleón) nos hacen ver las cosas color de rosa y, porque, pensándolo bien y sin haber tomado una sola copa, a mí no me pareció tan malo el año que va a concluir en lo que al aspecto global y municipal se refiere. Por no pararnos en aspectos nacionales, de los que se encargarán otros, vean que, para los cacereños, eso de que nos hayan declarado en Europa patrimonio de la Humanidad es una consecución que para sí quisieran muchas otras ciudad habiendo algunas que lo solicitaron sin conseguirlo. No digo yo que ello sea la panacea para los problemas de Cáceres, que tendremos que resolver los propios cacereños tanto en el año venidero como en los que nos toque vivir, pero sí que si se sabe utilizar bien tal designación, podremos abrir nuestra ciudad al turismo que puede ser una fuente de riqueza en el futuro, en esta tierra donde tan escasos andamos de ella.
Por lo dicho, nuestra actitud y disposición, como cacereños, es mentalizarnos y prometernos, al filo de la entrada del nuevo año, que en el futuro vamos a trabajar todos, cada cual en su parcela, por que nuestra ciudad sea más grata al que nos visita, más hospitalaria, más limpia, con menos ladrones y gamberros de los que ahora tenemos, porque todos nos vamos a empeñar en hacer la ciudad patrimonio de todos, El título va por delante sirviéndonos de compromiso común ante el 1987, que deseo grato a todos.
Diario HOY, 31 de diciembre de 1986

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.