miércoles, 14 de febrero de 2018

Volver a las raíces


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
A la vista del nuevo hallazgo ocurrido en la finca de Cáceres el Viejo, del que dábamos cuenta en nuestra sección “La calle al habla” del pasado domingo, convendría volver a replantearse la oportunidad de la excavación de toda ella, o por lo menos de lo que fuera el viejo campamento romano que le da nombre y que es del que Cáceres procede, al decir de los entendidos. En dos ocasiones, a principios de siglo, fueron extranjeros los que hurgaron en la finca, pero nunca hubo una excavación de científicos nacionales y mucho menos locales, posiblemente porque en aquel entonces el nivel científico de nuestra arqueología estaba en paños menores y era mejor traer “sabios” forasteros que de casa, como fue el caso de Adolfo Schulten, uno de los más entendidos en su tiempo, profesor de Historia Antigua en la Universidad de Erlangen y que excavó por Italia, África y España. En nuestro país fue el que excavó Numancia y el campamento de Cáceres el Viejo, entre otros. En dos ocasiones excavó en Cáceres, por los años veinte y otra por los años treinta. La excavación de Schulten, en cuanto a extensión, fue realmente pequeña y él mismo indicaba que debería seguirse excavando el recinto del campamento en el que no pudo continuar, porque se terminaron “las perras” destinadas a esta aventura histórica, que creo fue patrocinada por el desaparecido “Ateneo Cacereño”. De todos modos, con ser pequeña la excavación, se sacó mucho material de ella y, aunque el profesor Schulten tardó en publicar en castellano sus impresiones e informes, lo cierto es que dio bastante importancia a lo descubierto, algunos de cuyos materiales están en nuestro Museo de las Veletas, aunque otros muchos viajaron con él a Alemania, para ser clasificados y no volvieron nunca.
No sé de quién es la finca en la actualidad, aunque tengo entendido que una parte es del Ayuntamiento y la otra más amplia está en manos de particulares a los que la Diputación ha hecho una oferta para adquirirla con estos fines arqueológicos de los que hablamos. No sé en qué quedará esto.
Diario HOY, 31 de marzo de 1987

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.