Como resulta que no hay nada
nuevo bajo el sol, ahora llegamos al convencimiento de que la plaza más
bonita que ha tenido Cáceres nos referimos a la Plaza Mayor, es la que nos
disfrutamos por los llamados felices años veinte (no sé por qué se llamaron
felices), que nos duró hasta los republicanos años treinta, en los que tuvimos
también otra bonita plaza mayor, aunque no tanto como la anterior, para pasar a
la birriosísima plaza de los democráticos años setenta, que es la que nos
disfrutamos ahora, aunque mejor diríamos se disfrutan los vehículos que aparcan
en ella.
Esta es la conclusión que han sacado los “sabios” que han visto esos proyectos para remodelar nuestra plaza,
remodelación que sacó a concurso nuestro Ayuntamiento. Nosotros, lo que
sabemos, lo sabemos por el alcalde, Juan Iglesias, que es el que nos ha hablado
de etas cosas y el que ha visto todos los proyectos en unión del experto que es
Dionisio Hernández Gil.
Resulta que la plaza más bonita para Cáceres es una plaza que tenga
una bandeja nivelada (por tanto con escalinatas a su fondo, el de mayor
desnivel) rodeada de un poyo corrido, que pueda servir de asiento, con rejería
a su espalda (como ahora están las de Paseo Alto y Concepción) y con algunos
árboles, no muy altos y un jardincito bajo. En definitiva, como estuvo la plaza
hasta el advenimiento de la República, en que se quitó altura a esa bandeja,
desapareció el asiento corrido y se sembró con una docena de palmeras (mejor dicho,
se trasplantaron desde la delantera del Hospital, donde se hizo el Parque de
Calvo Sotelo). Si ustedes tienen el libro de fotografías de Juan Ramón
Marchena, allí están las de todas estas plazas cacereñas. Lo que sí es cierto,
aunque no lo creyera nunca el alcalde que la hizo, es que la actual Plaza Mayor
es la más fea de las que nunca ha tenido Cáceres.
Diario HOY, 10 de febrero de 1987
NOTA.- Fernando data en tiempos de la República algunos cambios en
la Plaza Mayor que se produjeron o antes o después. Así, la bandeja elevada se
eliminó en 1923 y el empedrado artístico y sembrado de palmeras se hizo en
1937, ya en plena Guerra Civil. (Nota de Teófilo Amores).
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